Creo que la muerte no existe para aquellos que se convierten en parte del esqueleto de nuestra identidad nacional.
Hay canciones y cuentos sobrevolando nuestras cabezas y lo seguirán haciendo, espero, durante quién-sabe-uno cuántas generaciones más.
No olvidaremos a esta mujer porque no tenemos que olvidar quienes somos. Y así aprendimos a ser, enseñaremos a ser, a nuestros alumnos, a nuestros hijos, a colegas y amigos, cantando, contando cuentos, compartiendo los frutos de nuestra cultura.
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